La incomodidad
Aunque mi esposa y yo claramente tenemos una pasión por las artes , teníamos la incomodidad de que de alguna manera necesitábamos encontrar otra forma de conectar las artes con, llamémoslo, el “mundo real”.
Creemos que era muy importante para nosotros y para otros comprender la relevancia del arte no sólo para otros artistas sino también para los no-artistas.
Pero no sabíamos cómo abordar el problema.
O sea, nosotros somos artistas y sabemos a ciencia cierta que no nos gustan ni entendemos todas las formas de arte que existen, así que entendemos por qué la gente “se va mentalmente” cuando se habla del tema.
Con trabajos y responsabilidades fuera de nuestra práctica artística, entendemos cómo el poco tiempo puede afectar la relación de uno con las artes.
La otra cosa es que, en una jerarquía de necesidades, el arte está en los escalones más altos, dejando los más bajos para las necesidades más primitivas y urgentes, como la comida y un techo, y llevar el auto por tercera vez al mecánico mientras rezas para que no te cueste un mes de tu sueldo arreglarlo.
Lo entendemos. No es que vayamos todos los fines de semana al centro comercial y nos muramos si no conseguimos otra obra de arte.
Sin embargo, como dije en un artículo anterior “¿Es el arte relevante todavía?” : o estás haciendo arte, consumiendo arte, o ambas cosas.
Por lo tanto, sentimos una especie de obligación de compartir nuestras ideas sobre el tema.
El punto medio
Después de pensarlo e investigarlo, encontramos lo que llamaríamos un “punto medio" entre artistas y no-artistas por igual:
Creatividad.
Aunque cada persona tiene distintos grados de creatividad, eso no significa que dicha creatividad se exprese necesariamente en forma de arte.
Pero sin embargo, esa es la percepción general: eres creativo solo si haces arte.
Así, cualquier otra expresión creativa que no se manifieste en la forma de arte pasa desapercibida, y en última instancia, flocheada por el toilet.
Si la categoría de creatividad fuera una sombrilla, el arte caería bajo ella junto con muchas otras subcategorías o formas en las que se puede expresar la creatividad.
De nuevo, contrariamente a lo que muchos podrían creer, la creatividad no es arte.
Así, la creatividad era un espectro más amplio que incluiría a personas de todos los ámbitos de la vida, y el vehículo mediante el cual podíamos, tal vez no introducir (no es que estemos inventando nada aquí) pero sí reforzar la relevancia de la creatividad en la vida cotidiana, y como se esperaría de nosotros dos artistas, incluir las artes en la mezcla.
Si la creatividad no es arte, ¿qué es entonces?
Esta es la definición de creatividad de la Asociación Americana de Psicología
Me parece que la creatividad es principalmente una habilidad mental que produce ideas y trabajos nuevos y valiosos que pueden usarse en diferentes áreas de la vida, además de los esfuerzos artísticos tradicionales.
Y como ocurre con cualquier habilidad, la creatividad se puede aprender, fomentar y mejorar.
Poder creativo
Me gusta pensar sobre la creatividad como un flujo de energía dentro de nosotros en busca del medio adecuado para expresarse y lograr el equilibrio interior y la autorrealización (para más información sobre el concepto de auto-expresión, puedes el artículo anterior “ Arte y autoexpresión” ).
De lo contrario, si la energía creativa permanece estancada en el interior, tú y yo corremos el riesgo de experimentar desbalance interno.
Uno de los medios más populares que esta energía creativa encuentra para expresarse es el arte.
El arte ofrece el gran beneficio de carecer de reglas oficiales sobre "cómo tienes que hacer las cosas", y en cambio, ofrece guías que puedes usar como plantillas para producir esa idea creativa que has pensado durante días.
Esta flexibilidad en el arte proporciona un amplio espacio para la liberación de la energía creativa sin las limitaciones típicas que otros medios imponen, como una estructura rígida que debes seguir, por ejemplo.
Como he mencionado, el arte no es el único medio que existe para liberar esta fuerza creativa; es sólo uno de muchos.
Creo que nuestras circunstancias y nuestras preferencias individuales eventualmente encontrarán el medio adecuado, y si no lo encontramos, creará una ruta de escape por la fuerza bruta tarde o temprano.
El espectro creativo
Esto me recordó a hace unos años cuando trabajaba vendiendo seguros de salud en un entorno estilo centro de llamadas.
En general, el trabajo fue bueno y definitivamente hubo mucha creatividad involucrada en el manejo de esos prospectos molestos a quienes yo levantaba a las siete de la mañana preguntándoles si querían información sobre nuestros productos de seguros.
La creatividad en ese trabajo se hallaba en navegar las objeciones de los prospectos, responder a sus preguntas con tacto y mantener la conversación fluyendo mientras tratabas de controlar la actitud de ellas y la picazón de a veces querer golpearlos en la cara a través del teléfono (lo cual es interesante porque era una compañía de seguros de salud Cristiana, lo que significaba que necesitaba mantener el espíritu cristiano encendido en todo momento e incluso orar por ellos por teléfono al final de la llamada, literalmente).
Sin embargo, el trabajo me estaba volviendo loco.
Me parecía que el espacio para la creatividad que tenía en ese trabajo era muy limitado en comparación con la cantidad de energía creativa que estaba produciendo y almacenando en mi interior, lo que estaba creando mucha agitación interna debido al exceso de energía acumulada.
Había demasiados protocolos y reglas, y pasos y botones que me impedían “fluir” con mis ideas creativas.
En un intento desesperado por manejar algo de ese exceso de energía creativa dentro de mí, comenzaba a dibujar y a escribir cuentos cortos en una libreta mientras esperaba la siguiente llamada.
Ahora bien, este ejemplo daría lugar, nuevamente, a pensar en la creatividad y el arte como la misma cosa.
En mi caso particular, sucedió que la forma en que mi energía creativa prefería fluir fue, y es, a través de esfuerzos artísticos más tradicionales.
Pero puedo pensar, por ejemplo, en mi suegra.
Mi esposa y yo vivíamos en el mismo complejo de apartamentos que ella y la visitábamos cada tantos días para ver películas y comer juntos.
Prácticamente cada vez que la visitábamos ella estaba trabajando en un proyecto diferente, desde enormes rompecabezas (normalmente de gatos), pasando por figuras de papel maché, grandes animales de peluche que hacía con hilo de tejer, hasta decorar todo el frente de su apartamento según la estación del año, hasta construir la fachada de una chimenea entera de madera real para su cocina…
Otro ejemplo en el que la creatividad puede expresarse a través de otros medios distintos al arte, es mi compañero de trabajo.
Ese hombre es la persona más rápida que conozco cuya capacidad para encontrar las respuestas y los chistes más ingeniosos, tanto en las situaciones más extrañas como en las más comunes, te dejarían con la boca abierta. En cualquier caso, otras personas “normales” tendrían que pensar muchísimo para hacer un chiste de esas situaciones. Y está claro que los clientes lo adoran por eso.
O tomemos el caso de mi propio padre, cuya insistencia en priorizar la seguridad mientras trabaja puede poner a prueba tu paciencia.
Cada vez que hay algún trabajo que hacer en la casa que requiere el más mínimo porcentaje de peligro o gasto de energía física, mi padre te detendrá en seco.
Él te enseñará la forma más segura y fácil de hacer el trabajo. Te desesperas porque ahora ese trabajo rápido te está tomando más tiempo, pero al final terminas asombrado por el ingenio de su proceso de pensamiento, que te hace preguntarte “¿Cómo diablos se te ocurrió eso?” (gracias, papi, por protegernos).
Las dos caras de la creatividad
Al igual que estos ejemplos, hay muchas otras formas en las que se puede expresar la creatividad.
Algunas formas en las que la creatividad puede manifestarse y que son menos obvias no tienen nada que ver con producir algo sino más bien con recibir algo.
Probablemente hayas conocido a esa persona, o seas una de ellas, que dice cosas como “No soy nada creativo. Solo puedo dibujar una carita feliz y eso es todo lo que puedo crear”.
Nuevamente esa persona estaría confundiendo dos temas diferentes: creatividad y arte.
La cara sonriente puede que no sea necesariamente impresionante, artísticamente hablando, pero podría ser la misma persona que tiene una colección entera de libros de fantasía que lee por las noches, o le encanta cantar esas canciones de los 80 a todo pulmón mientras conduce de regreso a casa del trabajo, o se ríe a carcajadas de un buen chiste, o la que es capaz de arruinar una buena película de suspenso al predecir de alguna manera quién es el asesino...
Sólo la creatividad puede reconocer la creatividad.
¿Qué significa eso?
Esto significa que, aunque la creatividad está en todos nosotros, cada uno la utiliza de diferente forma, ya sea para producir algo (llamémoslo creatividad activa ), o para interpretar algo (llamémoslo creatividad receptiva ), ambas dos caras de la misma moneda.
Conclusión
Seas artista o no, posees una energía creativa que puedes (y debes) cultivar y utilizar para enriquecer tu vida y la de los demás.
Reconoce que la creatividad no se limita a las artes tradicionales y que tiene muchas formas de expresarse.
La clave aquí es recordar que, si bien la creatividad es un proceso mental para generar ideas, soluciones y productos nuevos y valiosos, el arte es una expresión estética de dicho proceso mental, pero no el único tipo de expresión creativa.
La forma en que se expresará la creatividad dependerá de cada persona, por lo que es vital que no sólo honremos nuestras formas particulares de manifestarla sino que respetemos las de los demás.
Palabras finales
Aunque este artículo fue una de las formas en que tratamos de lidiar con esa incomodidad de que la creatividad y el arte no sean considerados seriamente por los demás como algo relevante para la vida cotidiana, no nos satisfizo del todo.
Por eso, decidimos facilitarte una herramienta para que puedas aprovechar tus poderes creativos.
Por eso, muy pronto lanzaremos un libro electrónico sobre los cinco arquetipos creativos.
Este libro electrónico es nuestro intento de organizar los diferentes tipos de energías creativas en cinco categorías bajo las cuales podrás (con suerte) identificar tu propia energía creativa y utilizarla de manera más efectiva.
Autor: Jason Berberena
Artista visual, escritor y cofundador de Kreation Artzone